Dentro de mi entusiasmo por los barcos de «dimensión humana», no puedo evitar mi admiración por los barcos tradicionales, hechos por sus dueños muchas veces, reparados por ellos prácticamente siempre, con materiales locales, con técnicas y materiales que a penas son superadas por nuestros materiales exóticos a precio de oro.
Y dentro de esta admiración, la carpintería de ribera es junto con la velería, la piedra angular de todo esto.
Ha acabado el segundo curso de carpintería que organizan los patexeiros (tienen un blog, patexeiros.blogspot.com). Yo tuve la suerte de participar en el primero, pero en este segundo hay que decir que se han tomado un trabajo bastante fuerte en el blog.
Si os interesa algo la carpintería de ribeira, y no podéis participar en los cursos (por que imagino que habrá más), al menos podréis curiosear en el blog.
De verdad que es interesante.
Con la bromita de la carpintería de ribera, he aprendido las técnicas para trabajar formas irregulares de la madera. Barco no, pero hice unos estantes para encajar en una pared de una casa vieja. Las técnicas demostradas en el curso por pepe, el carpintero, me permitieron adaptar unas baldas a una pared combada y con uniones entre las paredes con ….. bueno, ángulos creativos.
No sé qué me divirtió más: encajar las baldas a la primera o las caras de la familia viéndome tomar medidas de una forma tan extraña.
Bueno, pues eso. Ahí tenéis el enlace.
Amara el barquito 
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